Mañana jueves esta casa
celebra el acto central de su 25 cumpleaños. Y lo hace con una propuesta de
reflexión, a través de la palabra, sobre el porvenir de la provincia desde la
dualidad Realismo periodístico/realismo
mágico; con un diálogo entre el periodista Iñaki Gabilondo y el escritor David
Uclés.
Sí se menta el realismo
mágico, de forma inevitable pensamos en la literatura y evocamos a escritores
como Juan Rulfo o Gabriel García Márquez y ese boom de la literatura de Hispanoamérica
en el que algunos creyeron ver un nuevo ‘Siglo de Oro’ de las letras españolas.
En el presente provincial
y en su pasado cercano estamos muy habituados al realismo mágico, como una
ensoñación a medio camino entre lo que hay y la nada, en la que lo irreal es, a
fecha de hoy, irreversiblemente cotidiano.
Pero en Jaén, si hubiera
que identificarse con un género literario sería sin duda la ficción, y más en
concreto, la ciencia ficción. Me vienen a la cabeza autores como Ray Bradbury,
Jules Verne, Isaac Asimov o Philip K. Dick, creadores de mundos futuros, en
algunos casos y en parte ya una realidad, a los que Jaén no acaba de llegar por
ese retraso endémico en su desarrollo.
David Uclés ha denominado
a su tercera criatura “La península de las casas vacías”. No es descabellado
pensar en el Jaén del mañana como un conjunto de casas deshabitadas, en
particular, en los núcleos rurales; con las mismas insuficientes
infraestructuras de ahora y con una población envejecida y sin relevo
generacional, porque los que venían detrás se fueron para no volver salvo en
fechas señaladas; y a veces, ni eso.
Philip K. Dick es
conocido por su obra “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”.
Probablemente a la mayoría el título ni les suena, pero si les digo que inspiró
la película “Blade Runner”, serán algunos más los que sepan de lo que hablamos.
Aquí sólo tenemos ojos para los olivos, que, quién sabe, quizás alguna vez
puedan ser eléctricos.
O tal vez el porvenir de
Jaén se halle ya alojado en algún lugar de la memoria al que desde un mundo
analógico somos incapaces de llegar.
No renunciamos a la
ficción como la puerta de los sueños, pero necesitamos algo a lo que
aferrarnos. Necesitamos sentir en nuestras manos algo más que el agua
deslizándose entre los dedos. Y vislumbrar un futuro que no nos hurten hoy.
Mi artículo para SER Úbeda (Multimedia Jiennense), del 27 de noviembre de 2024.
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