viernes, 4 de mayo de 2012
Traficantes de palabras
lunes, 3 de octubre de 2011
Trascender
Y esa búsqueda lleva inevitablemente a la reflexión y a la par se convierte o trata de convertirse en una invitación a otros para que se sumen a esa reflexión. No siempre se consigue, de hecho el que escribe se sumerge en sus propios pensamientos, en sus dudas, en la ausencia de certezas y en ocasiones sus referencias no son compartidas y tampoco hay claridad en la expresión de las ideas o los conceptos; lo que contribuye a cualquier cosa menos a la simplificación.
La hoja en blanco es como el lienzo del pintor, en el que las pinturas son las palabras. Una vez finalizada la obra hay que tratar de contemplarla desde la mirada del pintor, desde eso que denominan su universo creativo, pero es imprescindible mirarla también con los propios ojos y comprender que lo que se ve no es necesariamente lo que el autor quiere transmitir o que las creaciones pueden ser contempladas desde diferentes perspectivas. No varían en la esencia, pero sí en la percepción.
En el callejón lo trascendente es sinónimo de introspectivo, aunque la percepción conduzca a otra apreciación: la necia necesidad de trascender.
lunes, 29 de agosto de 2011
Ladridos
Dicen que el silencio es obligado, o debería serlo, para quien no tiene qué decir. Y sin embargo, rara vez se refugian en él aquellos que estarían mejor callados y sí lo hacen quienes merecen ser escuchados y aquellos otros de los que se espera que no callen.
Es refugio voluntario, al que se acude en ocasiones por la necesidad de la reflexión. En un proceso de búsqueda que no siempre se culmina con éxito. Una travesía que lleva a la orfandad a aquellos habituados a escuchar al que voluntariamente ha callado y que sumido en esa búsqueda permanece ajeno a ese desamparo.
Hasta que se rompe el silencio. Y de nuevo brotan las palabras, sin que en apariencia se conozcan las causas del refugio en el silencio y de su posterior ruptura.
Conocedores sólo de que oír de nuevo al otrora silencioso nos llena de sosiego y de que su voz apaga los ladridos que cada vez con más frecuencia sustituyen a las palabras.