martes, 31 de marzo de 2009

Resistencia


Como si fuéramos atletas de fondo o de medio fondo. Resistir y aguantar. Esa es la receta de Rajoy para la crisis. Sin anestesia y sin preparación, resistencia. Sonaría a chiste si no fuera porque simplemente con volver la vista unos metros atrás se ven los restos del naufragio y porque en materia de humor Rajoy todavía no supera al Mariano de Forges.
Camionero, dos hijos, hipoteca y ochocientos y pico euros al mes. La respuesta de Rajoy, aguante, resista.
Tengo un amigo revolucionario que me decía que la revolución se hace con el estómago lleno. De aguantar y de resistir no me dijo nunca nada. Y ahora los estómagos llenos que veo son más bien estómagos agradecidos y el resto se dividen en estómagos medio llenos o vacíos. De lo que deduzco que de revolución poco, a pesar de aquello tan revolucionario de 'resistir o morir'.
Vaya panorama. De la crisis es un estado de ánimo del presidente Zapatero a la resistencia del opositor Rajoy. Para echar el bofe o para reventar.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Que 200 años no son ná

Bicentenario (no son dos cognac, ni tampoco doblar el oscuro en un sol y sombra). Si trastocamos el tango ni siquiera son ná. Podría cantarlo el gran Carlos Gardel o interpretarlo el maestro Piazzola, que 200 años no son ná, pero lo canta el chulapo Bartrina y su Malevaje, sonando a marsalvaje, a malbrebaje y a mala vida que fue la buena mientras duró. Tango castizo en el foro.
Don Mariano José Larra, feliz 200 cumpleaños. Y aún dicen que vos moriste porque os pegaste un tiro con 28 años. Ignorantes. Disparaste por amor, más bien por desamor y os colgaron el cartel de escritor romántico, como Bécquer o Espronceda, entre golondrinas y cañones por banda. En una ocasión también os etiquetaron de escritor periodístico, cuyo significado desconozco.
No esperan que vuelva usted mañana y piensan que quedó mudo el pobrecito. Creen que sólo os recuerda la placa en la calle Segovia y la pistola y varios enseres en el Museo Romántico. Mutis por el foro.
¡A las máscaras!, bachiller. Es costumbre, qué os voy a contar a vos de costumbres, brindar por el homenajeado. También por los difuntos. Salud, maestro. Chipén. Niporesas.


Nota: Conservo una edición facsímil de “El pobrecito hablador”, con prólogo de Francisco Umbral, y editada por Espasa-Calpe en 1979, en cartoné, nada de lujo exceptuando el contenido; una pequeña Biblia para periodistas. Y un placer para cualquier lector.

sábado, 21 de marzo de 2009

El no cumpleaños de mi padre

Hoy 21 de marzo era el cumpleaños de mi padre. El niño Amador se fue en junio y desde entonces las cosas no han ido demasiado bien para mí. Hoy será su primer no cumpleaños, evidentemente no el deseado por Lewis Carroll en su “Alicia en el País de las Maravillas”.
Gustaba decir que a pesar de haber nacido con la primavera él no era una flor, sino un jaramago; una planta silvestre, una hierba de flor amarilla que para mi hoy tiene un sonido amargo. Esa planta, el jaramago, un árbol, la mimosa, y un arbusto, el árgoma, los tres florecen en amarillo, son el preámbulo de la primavera.
Ahora que no hay cabida para su preámbulo y pasado el tiempo de su epílogo, sólo queda su rastro suspendido en el viento y sujeto en la memoria.


"Primero fue lo amarillo / antes que la rosa y el lirio. / Primero fue la tristeza / del amarillo elemental / y antes que toda la belleza / mortal ... Sí, primero fue lo amarillo antes que el rojo de la rosa y que el blanco del lirio".
“Daffodil”, Dámaso Alonso.

viernes, 20 de marzo de 2009

Susto o muerte

En el callejón se ven sombras y pocas o ningunas luces. Congelación salarial o reducción de plantilla. Te quedas como estás o algunos tendréis que iros y hoy te podría tocar a ti.
Estas son las nuevas reglas del mercado laboral. El miedo y el plato de lentejas. Lo ha hecho SEAT con un ambiguo referéndum, ahora dicen que la propuesta de congelar salario era para los dos próximos años, y lo ha anunciado SONY. No sé en el caso de SONY, pero en el de SEAT con la situación del sector del automóvil, parece más una estrategia empresarial de futuro destinada a socavar conquistas laborales que a garantizar la viabilidad real de la factoría de Barcelona.
Los trabajadores son los pies de barro de las empresas, pero parece que los consejos de administración de las grandes empresas no son conscientes o no quieren ser conscientes de ello y prefieren seguir repartiendo suculentos dividendos entre sus directivos. Apuestan por la mano de obra barata. Quién sabe si en tiempos sísmicos como el actual en el que se tambalea el modelo económico prevaleciente del siglo XX, no asistiremos también al nacimiento de un nuevo tipo de empresas; sin trabajadores, pero con un bien remunerado consejo de administración y convenientemente blindado.
Es tiempo de elegir. Entre lo malo y lo peor. Entre el susto y la muerte. Haber elegido…

jueves, 19 de marzo de 2009

Como en los viejos tiempos

No puedo evitarlo, a mí el Plan Bolonia me evoca la mortadela, el salami y los espaguetis. Y me recuerda las antiguas movilizaciones estudiantiles, desde la universidad o desde los institutos, que inevitablemente acababan con los manifestantes perseguidos y golpeados por la policía.
Yo no corrí nunca ante los grises. No tenía edad, así que me tocó hacerlo delante de los maderos. Lo justito, no crean que voy a exhibir credenciales anti, como tantos otros hacen ahora frente a la dictadura franquista. Vamos, que no albergo dudas de que si en realidad hubiera habido tanto defensor y luchador por las libertades el régimen habría terminado antes de morir el dictador en la cama. Héroes de salón y alcoba.
Sí recuerdo la época de la Transición. Y aquel chiste gráfico de El Perich, “un policía dispara al aire en una manifestación y mata a un enano”. Y los primeros 1 de Mayo. Mi hermana y yo, a pesar de las regañinas de nuestra madre y sus continuas peticiones-órdenes de que cerrásemos la ventana, nos asomábamos a la galería y veíamos a los manifestantes correr delante de los grises, esconderse en la basílica de Atocha, en los bares cercanos o irrumpir apresuradamente en el metro. Mi madre no nos dejaba salir esa mañana. Ni siquiera a comprar el pan y el periódico. Así que teníamos que esperar a la tarde o al día siguiente para poder bajar a la calle y oír lo que los vecinos y comerciantes contaban sobre la manifestación; ya que sólo disponíamos de los comentarios de mi madre tras, ella sí, bajar a comprar el pan y el periódico. Del mismo modo, en el colegio, yo estudiaba en el San Estanislao de Kostka de Atocha, intercambiábamos información sobre cómo se había vivido la ‘manifa’ en los distintos barrios en los que vivíamos. Era periodismo en estado puro, aunque probablemente a esa edad lo desconocíamos.
Ya en el instituto, cuando los grises transmutaron a maderos, la cosa fue distinta. Teníamos la ilusión, la ingenuidad, la rebeldía y el entusiasmo de la juventud. Gobernaba la UCD y si no recuerdo mal González Seara era el ministro de Universidades y puso sobre la mesa la LAU y el Estatuto de Centros. En mi instituto “La Estrella”, yo era delegado de clase, de hecho lo fui varios años hasta que me aburrí, mantuvimos numerosas reuniones, participamos en manifestaciones e incluso protagonizamos un encierro de varios días, como ahora en la Universidad Central de Barcelona. Los famosos y temidos antidisturbios no fueron al instituto, si lo hizo la policía, pero en una manifestación multitudinaria que arrancó en el Museo del Prado, creánme, tuvieron para todos. Estaban apostados, fuera de la vista, en las calles aledañas y dieron a todo lo que se movía, a los manifestantes, a los que pasaban por allí, a fotógrafos y periodistas, como ayer en Barcelona los mossos d’esquadra. Una vez más, una demostración de brutalidad, barbarie y abuso policial. No sé si es el uniforme el que transforma a quien lo lleva o es que la violencia embriaga, como la velocidad, y no se puede controlar el desmán del brazo con la porra o la escopeta con las balas de goma, los ojos inyectados en sangre y la adrenalina por las nubes. Parece que hay conductas que no cambian nunca.
Y tuvo que ser en la Vía Laietana. El desaparecido y añorado Manuel Vázquez Montalbán decía que cada vez que transitaba por Vía Laietana, se cruzaba de acera para no pasar por la puerta de la comisaría tan activa durante el régimen del general. Similar a la DGS de la Puerta del Sol en Madrid, donde algunos detenidos se apuntaban desde las ventanas al vuelo sin motor o se empeñaban en bucear en la bañera.
Si, parezco el abuelo Cebolleta contando batallitas. Y los estudiantes… como en los viejos tiempos.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La lista


Vaya racha que llevo. No, no voy aburrirles con la retahíla de cosas que me ha pasado durante los últimos 8 meses. Por unas cosas u otras, de lágrimas vamos todos sobrados. Me refiero a la última semana.
Primero, publican la lista Forbes. Y no estoy en ella. No es que me sorprenda no estar en ella, de hecho haber estado si me hubiera sorprendido, habría significado que las cosas me iban bien. Muy bien en lo económico, se supone. Qué hará esta gente con tanta pasta. La verdad es que empiezas a sumar euros, millones de euros, y te mareas.
No es que haga mucho caso de estas listas, pero es inevitable que de un modo u otros estemos en alguna de ellas. Voluntaria o involuntariamente. De hecho podríamos crear nuestras propias listas, aunque yo lo llevaría regular. Como no se parten la cabeza para denominarlas, la mía sería la lista Serrano. Y claro, con ese nombre, la gente pensaría que era una lista de jamones o de habitantes de la sierra. Bueno, lo de los jamones no estaría del todo mal, es cuestión de contactar con el sector, principalmente con Jabugo y Guijüelo, y que me manden alguno para ir engordando la lista.
Segundo, publican el perfil del desempleado. La de los sin empleo es hoy en día la lista negra. Y aquí si me han matado: nacionalidad española, menor de 30 años y estudios básicos. Vamos, encajo en la nacionalidad y porque eso no lo puedes elegir. Al nacer digo. A mí por lo menos nadie me preguntó. Y digo yo, si no encajo en el perfil, que pinto yo en esta lista. Si no tengo voluntad de rareza, de excepcionalidad, pues que pongan a otro que cumpla los requisitos. Bueno, mejor que no pongan a nadie. Que nos borren y que se inventen una lista de otra cosa, aunque sea de jamones.

martes, 17 de marzo de 2009

El silencio del móvil

Decía el ex presidente Calvo Sotelo que lo que más notó al abandonar la Moncloa, al dejar de ser presidente, es que dejaron de sonar los teléfonos.
Yo no he dejado la Moncloa, ni siquiera algo parecido, pero mis teléfonos tampoco suenan. En numerosas ocasiones, más de las que quisiera, cojo el móvil y lo miro, como si pudiera presionarle para que sonara. Como si él tuviera la culpa y a la vez, fuera la solución. Él no puede hacer nada. Es un simple intermediario entre quien llama y quien responde. Pero yo lo miro, con una dosis de angustia, con una porción de necesidad y con una medida de esperanza.
Cuesta aceptar que no te llamen, que a pesar del número de currículum enviado no hay respuesta. Que nadie se acuerda de ti y que nadie va a llamar para ofrecerte un trabajo. Que siempre se van a acordar de otro antes que de ti. Incluso aquellos que creías tus amigos. Y pese a ello, cojo el móvil, lo miro y a veces lo zarandeo, como si el aparato no tuviera ya bastante con el timbre y la función de vibrador.
Quizás le pido demasiado a este pequeño celular, aunque quizás sólo sea cuestión de tiempo. Quién sabe, después de la cámara de fotos, la conexión a Internet y el correo electrónico, el GPS y tantas y tantas cosas imprescindibles en nuestras vidas, a lo mejor a alguien se le ocurre implantarle un chip o un chop. Así el móvil sería como esos robots capaces de reproducir emociones humanas. Se imaginan, el compañero del siglo XXI, mucho más que un móvil, un amigo, un camarada, un confesor, un cómplice… El único que no te fallará. Salvo, claro, que se le acabe la batería. Dichoso aparato; pues no sigue sin sonar.

viernes, 13 de marzo de 2009

Serpientes

Pensaba en los huesos de la tierra, en esqueletos que no bailarán sobre sus fosas, en restos de los desaparecidos que no se moverán, ni removerán. Al menos por ahora. Y en esta pensada recordé a Silvio Rodríguez y me ha parecido apropiado soñar con serpientes. Con una de dos cabezas.
Una serpiente bicéfala reptando por el Senado. Serpentearon 233 veces (PP y PSOE, a los que se unió en esta cámara CiU) para que los restos de los desaparecidos permanezcan más tiempo en las fosas comunes, en las profundidades de la tierra.
Ni siquiera les removió la apelación a “la compasión” del senador Sampol, defensor de la proposición rechazada. A unos, porque en sus filas reposa el espectro de los verdugos y sus descendientes; y a otros, porque no quieren creer y desarrollar la ley que impulsaron y aprobaron: la Ley de Memoria Histórica.
La guinda, agria, la puso la senadora socialista Susana Sumelzo, situando las competencias en “sanidad mortuoria” o en “cementerios y servicios funerarios” en ayuntamientos y comunidades autónomas. Qué triste olvidar las competencias sobre la dignidad, la justicia y la vergüenza.
Esa misma serpiente reptó en el Congreso de los Diputados. De nuevo PSOE y PP serpentearon para no resarcir económicamente a los miles de ciudadanos expoliados por los vencedores tras el Glorioso Alzamiento.
Cito literalmente al periodista Antonio Avendaño en su columna “Legislar, exhumar y dignificar a medias”, de Público: “El presidente quiso dar digna sepultura a quienes no la habían tenido, pero si las víctimas a quienes iba dirigida la ley fueron en su día enterradas malamente y a medias, ahora resulta que las pobres están siendo también desenterradas a medias, exhumadas a medias, dignificadas a medias. Lo único que hicieron completamente y a conciencia fue morirse”.
Yo diría que más bien murieron por la falta de conciencia. De los que dispararon. Y ahora de los que reptan en ambas cámaras. En las que paradójicamente reside la representación del pueblo; al que no deben pertenecer los que portan el ADN de los desaparecidos, de los que habitan en las profundidades de la tierra. En cunetas, en fosas o en pozos.

martes, 10 de marzo de 2009

Cañones y mosquitos


Podría parecer oportunismo, si previamente no hubiera sido prudente. Podría parecer vanidad, algo así como yo ya lo advertí, pero no se trata de eso. Afirmaba que, a mi juicio, un análisis necesita de cierto distanciamiento temporal respecto a los hechos analizados. Qué decir cuando es información. Se trata de que debiera ser muy simple en el ejercicio del periodismo aplicar la prudencia y el sentido común. Y debiera ser fundamental ser riguroso.
¿De qué hablo? Del titular de ABC al día siguiente las Elecciones Autonómicas en Galicia, “Descalabro del PSdeG”. Es verdad que este partido político ha perdido miles de votos en estos comicios, pero en la noche electoral con las papeletas escrutadas, excepto el voto de los emigrantes, sólo, repito sólo, había perdido un escaño.
La obtención del escaño 25 por el PSdeG, tras el recuento de ese voto emigrante, no altera el resultado electoral, es decir, la mayoría absoluta del PP y que su candidato Núñez Feijóo será el nuevo presidente de la Xunta de Galicia, pero deja en evidencia a los que matan mosquitos a cañonazos.
Los titulares de grueso calibre son innecesarios, porque en una sola línea, como en este caso, y salvo excepciones, desvirtúan la información del cuerpo central de la noticia. Todo ello suponiendo que el lector lea la noticia y no se limite a leer los titulares. De ser así, sobre todo cuando se ojean varios periódicos, es evidente que se altera la información y el receptor de la misma, a través de titulares de estas características, recibe una información errónea.
Supongo que el responsable de esta forma de titular, intencionada o peculiar, podría hipotéticamente agarrarse a que él calificaba de “descalabro del PSdeG” la pérdida del gobierno de la Xunta de Galicia. Nada más lejos de la realidad periodísticamente hablando, el titular seguiría siendo erróneo, porque el descalabro sería compartido por su socio de gobierno, el BNG. Es decir, continuaría ofreciendo información errónea.
No. No tengo nada en contra de ABC, aunque es cierto que es peor periódico desde que su antiguo director, Zarzalejos, fue cesado. Me llamó la atención la contundencia del titular y me temí que en un periodo de tiempo muy corto, el que transcurriría entre la noche de las elecciones y el recuento del voto emigrante, ese escaño podría jugar una mala pasada al autor del titular.
En cualquier caso, sería opinable la magnitud de un revés electoral en función del número de escaños perdidos. La de los terremotos se mide por la escala Ritcher, quizás para evitar futuras tentaciones sería oportuno establecer una escala para medir la magnitud de los resultados electorales, una para el triunfo y otro para el fracaso. Así no habría que matar mosquitos, y en caso de tener que matarlos se haría sin cañones.

sábado, 7 de marzo de 2009

La mirada del poeta

Abro Babelia y me encuentro a Pablo Guerrero, en un reservado al sol. Va a escribir a la cafetería Los Poetas, en un rincón soleado con una reserva no escrita, pero respetada por el dueño y la clientela habitual. Es cantautor y poeta; yo diría que es un resistente.
Al verlo no he podido evitar recordar a otro poeta, a José Hierro. De esa semiolvidada generación del 50, a la que algunos dicen que se adelantó. Otro resistente. Vivía en una calle cercana a la mía y también iba a escribir a un bar. A uno que había enfrente de mi casa. El bar La Moderna. Tenía una gran cristalera a través de la cual se veía el local; una barra larga a la derecha y unas pocas mesas a la izquierda, en una de ellas, pegada a la cristalera, solía sentarse el poeta a escribir.
Y así le suelo recordar, inclinado sobre la mesa, escribiendo. La cabeza pelada y el bigote sobre el labio, triangulando la boca. Pero sobre todo recuerdo su mirada, era una mirada clara y limpia. Y triste.
La última vez que le ví yo ya me había trasladado al Sur. En una escapada a Madrid fui a mi casa. Estaba buscando aparcamiento en las calles cercanas. En mitad de su calle había un coche parado. Su conductora bajó y corrió al portal de enfrente a ayudar a alguien a llegar hasta el coche y a alojarse en su interior. Era él. El poeta con su gorra oscura y marinera. Ya había publicado Cuaderno de Nueva York y había recibido el Cervantes. Fue la última vez que contemplé su mirada.


Inútilmente interrogas desde tus párpados ciegos.¿Qué haces mirando a las nubes,José Hierro?
“Cuanto sé de mí” 1957-1959

viernes, 6 de marzo de 2009

El precio de Gandhi

Se ha vendido Gandhi, a 1’8 millones de dólares. Más que Gandhi, lo que quedaba de él, unas gafas, unas sandalias, un cuenco y un plato y un reloj de bolsillo. Una paradoja, el embajador de la pobreza, el líder del cambio pacífico, cotiza al alza. No se engañen, no pagan por sus postulados, pagan por unos objetos que la mayoría ni recogería de un contenedor. Salvo el peluco, supongo.
Hace un par días yo pensaba en qué podría vender. A sabiendas de que el dilema no es lo que puedo vender, sino lo que querría vender. Mi santa siempre ha dicho que si algún día nos venían mal dadas siempre podíamos montar un mercadillo. Y yo me pregunto sí ha llegado ya ese día.
Debe ser complicado decidir a que objeto le corresponde ser el primero. No estará exento de dificultad. Hay cosas que uno no vendería nunca, renunciando a su valor económico frente a su valor sentimental.
Hace muchos años conocí a un tipo que compraba joyas y otros objetos de valor a viejas damas del madrileño barrio de Salamanca. Comenzaron a llevarlas al Monte de Piedad y finalmente, las vendían. Sólo para mantener de puertas a fuera un estatus, un estereotipo social. Imagino que su falso estatus provocaría más de un patatús a sus herederos. Media vida esperando a heredar a la madre, a la tía o a la abuela y cuando llega el momento la doña se lo ha pulido todo. ¡Maldita vieja!, musitarían entre dientes sin perder la compostura y sin comprender que al menos habían heredado ese cliché social; tan necesario para ellos de puertas hacia fuera.
El precio a pagar. Por fuera un buen terno y por dentro las tripas negras. La estética frente a la esencia. Extraña forma de existencia. Y sin embargo, longeva.
Ahora me cuentan que la crisis ha resucitado las casas de empeño y que también se ha disparado la venta de cajas de caudales. Recursos de los que tienen algo que vender o que guardar. Los desahuciados no necesitan ni unas ni otras, salvo para jugarse la penúltima carta de la desesperación. Apariencia y supervivencia. Que contrastes.

jueves, 5 de marzo de 2009

Agarrarse a la esperanza

Desde el martes oficialmente somos 3’5 millones de desheredados. ¡Y subiendo! De seguir así tendremos que cerrar el país por derribo e irnos debajo del puente o a la puerta de la iglesia. Pero eso sí, con estilo, con glamour, que una cosa es ser un desheredado y otra muy distinta es engrosar también la fila de los desarrapados.
Si comparamos la situación con la de la última gran crisis, la del 73, la del petróleo, podemos concluir que como país hemos avanzado. No sólo por una cuestión estética, sino, y más importante, porque hemos madurado como sociedad y nos enfrentamos a una situación límite con calma, sin estridencias, atrincherados en nuestras casas (puede que alguno incluso ideológicamente), esperando que la crisis revierta y podamos regresar al bienestar de la vivienda propia, el auto en la puerta y el televisor de plasma. A fin de cuentas hemos pasado de una crisis en blanco y negro a una crisis en color.
De esos 3´5 millones de sin empleo, 900.000 no recibimos prestación económica. Es decir, carecemos de ingresos reconocidos. Un compañero me decía ayer que es imposible, que un país con 4 millones de parados no tira. A primera hora de la mañana una chica contaba en la radio que lleva 14 meses sin trabajo y ya no sabe qué hacer, a dónde acudir.
Las previsiones siguen siendo muy malas, el desempleo alcanzará el 19´5 por ciento y el número de parados se aproximará a los 5 millones. Pero no todo son malas noticias, el incremento del paro en febrero ha sido inferior al de enero, no es consuelo, pero algunos creen que empiezan a oír el “clonk” del fondo.
No nos engañemos. Estamos en el medio del túnel y no se ve luz al fondo. Hemos perdido el laboro, podemos perder la vivienda, la familia… podemos perder una vida. Y aún así tendremos que levantarnos. Podemos perderlo todo o casi todo, menos la esperanza. Sí, es duro. Día tras día como la chica de la radio, sin saber qué hacer, dónde enviar el currículum, dónde ir a buscar trabajo. Pero si perdemos la esperanza. Entonces si será verdad que no tiramos, ni como país, ni como personas.

martes, 3 de marzo de 2009

Gestos

En política un porcentaje elevado de las acciones son gestos. Zapatero tuvo el gesto de retirar las tropas de Irak nada más tomar posesión como presidente del gobierno. En realidad, primero tuvo el gesto de anunciarlo en una tarde de fin de semana, de forma inesperada y con una puesta en escena que nos hizo temer lo peor. Ahora Núñez Feijóo, el brillante vencedor de las elecciones gallegas, anuncia que la Xunta vende el coche alemán de Pérez Touriño, ese bien tangible y comparativamente sangrante que le ha ocasionado varios dolores de cabeza y ha contribuido a que pierda las elecciones, para comprar un coche francés, pero eso sí de la factoría de Vigo.
Yo más que gestos, hago muecas. Muecas de perplejidad, de asombro, de dolor, de placer, de burla. A veces de tanto hacer muecas hasta me duele la cara.
Y entre tantas muecas, dudo de si la peseta y el corte de mangas son gestos o poses. De lo que no dudo es que son políticamente incorrectos.

lunes, 2 de marzo de 2009

Espejos cóncavos y convexos

Iba a escribir sobre periodismo y literatura. Leí algo en Babelia de Andrés Trapiello sobre el periodista Manuel Chaves González y me iba a lanzar sobre el folio blanco. Sólo que no encontré el momento. Cambié de tema, y todo por que me indigné. Una indignación monumental.
Estaba siguiendo la información sobre las elecciones vascas y gallegas. Y lo hacía a través de las cinco cadenas estatales (la 1, Antena 3, Cuatro, Tele5 y la Sexta). Comencé a seguir la información antes del cierre de los colegios electorales, después, los sondeos y a continuación, los primeros resultados con votos escrutados.
En la 1 y en Cuatro, previa y posteriormente a la información, hubo una parte de análisis y opinión. En las tres restantes, en teoría, sólo información.
En las elecciones gallegas, tanto los sondeos como el escrutinio, coincidían en el triunfo del PP y en la obtención de mayoría absoluta para gobernar. Mientras que en el País Vasco, aunque era inapelable el triunfo del PNV, no era tan evidente qué partidos iban a sumar el número de escaños suficientes para lograr la mayoría absoluta y por tanto, para gobernar.
Y en éstas me hallaba, de cadena en cadena como en el juego de la oca, cuando puse Antena 3. Tras la información deportiva, la conductora del informativo del fin de semana, presupongo que periodista, vuelve a la noticia del día, las mentadas elecciones en Galicia y Euskadi. Anuncia, me parece que gustosa, el triunfo del PP en Galicia, mayoría absoluta para el candidato Feijóo. Y en el País Vasco, sin rubor y sin pudor, afirma que Ibarretxe gobernará de nuevo los próximos 4 años.
Y aquí me encendí. Me hirvió la sangre. En esos momentos, con alrededor del 70 por ciento de los votos escrutados, el PNV tenía 30 escaños, el PSE, 25 y el PP, 13. Estos datos se veían nítidamente en pantalla, con una anotación complementaria: mayoría absoluta = 38 escaños; es decir, la suma de los escaños del PSE y del PP en ese instante.
Con 3.000 periodistas en la calle en 2008 y la previsión de que en 2009 entre 3.000 y 4.000 correrán la misma suerte, no deberíamos aguantar esta zafiedad. ¿Qué tipo de periodismo es éste?
Entiendo que los medios de comunicación, incluidas las cadenas de televisión, tienen un sesgo ideológico. Entiendo que ese sesgo se refleje en sus informativos. Pero no entiendo cómo esta presunta periodista puede presentar la ¿información? de forma tan burda, exhibiendo tan mal gusto y peor estilo.
Y no. No es directriz de la cadena, es cosecha propia, porque al dar paso a la conexión con el periodista de Euskadi, de la misma cadena televisiva, éste destacaba también el triunfo del PNV, pero incidía en LA NOTICIA de ese momento, los escaños del PSE y PP sumaban mayoría absoluta.
El resultado de unas elecciones no admite dudas desde la aritmética. En una cámara de representantes hay X escaños y para lograr la mayoría absoluta se necesitan al menos X +1. Si un partido por si mismo no alcanza esa cifra, deberá sumar a sus escaños los necesarios para lograrla. Una obviedad, menos para esta periodista.
Desde el punto de vista político, salvo catástrofe, no se pierden las elecciones y se opta por un amplio abanico de recursos para justificar la bonanza de los resultados. Tales como el porcentaje de votos, el número de votos, la subida, el mantenimiento o la bajada imperceptible pese a…
Estos y otros factores como la participación, los resultados electorales anteriores, los candidatos, la situación nacional e internacional…, nutren los análisis postelectorales y las hipótesis, en ocasiones indemostrables, de cómo habrían variado estos resultados si los candidatos o sus formaciones políticas hubieran hecho esto o aquello.
A mi juicio, un análisis necesita de cierto distanciamiento temporal respecto a los hechos analizados. Si hablamos hoy de las elecciones gallegas es fácil destacar el triunfo del PP con un cartel de perfil moderado sustentado en las ‘redes’ de los viejos caciques territoriales (como bien saben Rajoy y Feijóo, los prohombres herederos de las ollas podridas pasan minuta por los votos prestados). Del mismo modo, es fácil achacar el fracaso de Touriño, Pepiño Blanco y el PSdeG al dislate económico del primero en el capítulo de gastos en bienes tangibles, visibles, y en tiempos de crisis, comparativamente sangrantes. Pese a comparaciones con los también excesivos gastos en los mismos bienes (coche oficial, mobiliario para el despacho) de otros políticos rivales, como Gallardón en la Alcaldía de Madrid.
Si nos centramos en las vascas, un escaño en el aire no varía lo fundamental, el triunfo de los partidos no nacionalistas vascos y la consolidación parlamentaria de una fuerza independentista, Aralar, que entre la palabra y la bomba o el tiro en la nuca elige la palabra, pero altera cualquier análisis. No es lo mismo para el PSOE alimentar al partido de Rosa Díez, la única no candidata que compareció ante los medios en vez de su candidato real a lehendakari, para restar apoyos al PP, que el partido de la exconsejera socialista de Turismo, en un gobierno de coalición con el PNV, tenga la llave para gobernar Euskadi los próximos 4 años. Es bien sabido que en política los oportunistas mezclan populismo y totalitarismo, obvian la aritmética y son proclives a confundir 1 con 38.
Hay tiempo para el análisis y para la información. El domingo por la noche buscaba información y encontré deformación por una mala praxis periodística.
En el callejón del gato de Valle-Inclán, un gallego de Vilanova da Arousa que paseaba con bufanda por Madrid, hay espejos cóncavos y convexos que deforman la imagen de los que se reflejan en ellos.
Ignoraba hasta ayer que a través de una periodista cóncava y convexa el esperpento y la deformación se habían asentado en el noticiero del fin de semana de Antena 3.